Para
toda revolución socialista que se precie de tal, la clarificación y
comprensión de la teoría sobre el Estado es una herramienta
indispensable a la hora de enfrentar los grandes retos que significan
cada paso en la superación de la transición del capitalismo al
socialismo. A pesar de ello, asombra que sobre ese tema poco se
habla, poco se orienta y al parecer por los discursos y las
reflexiones de altos dirigentes revolucionarios a escala nacional y
regionales, poco se sabe, al punto que muchas veces, tales discursos
y reflexiones son abiertamente contrarios a los postulados de la
teoría socialista científica sobre el Estado.
Si
nos remitimos a los documentos fundacionales del PSUV, tanto en la
declaración de principios (apartado: PRINCIPIOS FUNDAMENTALES) como
en las bases programáticas y los estatutos (Artículo 4 y 11) se
consagra la asunción del ideario de Bolívar y el bolivarianismo, de
Ezequiel Zamora, Simón Rodríguez, los aportes de lucha y
organización de los pueblos indoafroamericanos, el cristianismo
originario, la teología de la liberación, el socialismo científico,
el pensamiento universal crítico y humanista, la equidad y la
igualdad de género y el ecologismo entendido como la obligación
ética de construir un modelo respetuoso de la vida y de la madre
tierra que garantice la sobrevivencia de la humanidad.
Basten
esas referencias para tener claras las fuentes a donde debe acudirse
para esclarecer las premisas teóricas que han de guiar la práctica
social, política y económica de los y las revolucionarias
socialistas, y muy específicamente en lo atinente al Estado. En tal
sentido hay que señalar con entera firmeza que de esas fuentes sólo
el socialismo científico cuenta con una doctrina ampliamente
fundamentada y confirmada por la experiencia histórica en cuanto a
la exactitud de sus tesis, tal como se reconoce en el Artículo 11 de
los referidos estatutos al proclamar “el marxismo como base para el
análisis dialéctico de las experiencias humanas”. Ahora bien
¿cuales son las premisas teóricas del marxismo, del socialismo
científico, sobre el Estado? Por ejemplo,
Federico Engels, en su obra El origen de
la familia, la propiedad privada y el Estado, lo
define como:
Un
producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo
determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en
una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por
antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero
a fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses
económicos en pugna no se devoren a sí mismas y no consuman a la
sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado
aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el
choque, a mantenerlo en los límites del "orden". Y ese
poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y
se divorcia de ella más y más, es el Estado (…)
Carlos
Marx en su obra La Guerra civil en Francia, en
la que, sobre la base de la experiencia de la Comuna de París se
desarrollan las principales tesis de la doctrina marxista sobre el
Estado y la revolución, hace las siguientes referencias:
El
poder estatal centralizado, con sus órganos omnipresentes: el
ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la
magistratura –órganos creados con arreglo a un plan de división
sistemática y jerárquica del trabajo– procede de los tiempos de
la monarquía […] Al paso que los progresos de la moderna industria
desarrollan, ensanchan y profundizan el antagonismo de clase entre el
capital y el trabajo, el poder del Estado fue adquiriendo cada vez
más el carácter de poder nacional del capital sobre el trabajo, de
fuerza pública organizada para la esclavización social, máquina
del despotismo de clase...
Por
su parte, Lenin en El Estado y la revolución hace
una caracterización
del estado, resaltando los rasgos siguientes:
El
Estado, es decir todo Estado, es un instrumento para la opresión de
una clase por otra (…) es
un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una
clase por otra, es la creación del “orden” que legaliza y
afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases (…)
es el órgano de dominación de una determinada clase, la cual no
puede conciliarse con su antípoda (con la clase contrapuesta a
ella)...
Es
decir que en esencia el Estado es un instrumento de dominación y
control de clase, y cada formación económico-social basada en la
división de la sociedad en clases sociales (esclavismo, feudalismo,
capitalismo) ha adoptado su forma específica de Estado, a
la cabeza del cual se ha colocado la clase dominante y dirigente de
la sociedad, llámese esclavista, nobleza
feudal o burguesía
(capitalista), en la figura de faraones, sátrapas, reyes,
emperadores o presidentes de repúblicas, entre otras. El marxismo
plantea que durante la etapa revolucionaria de transición del
capitalismo al socialismo, forzosamente persistirán algunos rasgos
de la sociedad capitalista al tiempo que van surgiendo los nuevos
rasgos de la sociedad socialista, lo que Gramsci
ilustró con la idea de algo que esta naciendo pero no ha terminado
de nacer y algo que está muriendo pero
no ha terminado de morir y
se resiste a ello.
Uno
de esos rasgos es la división aún de la sociedad en clases y capas
sociales con distintos intereses, algunos de ellos de antagónicamente
opuestos, como en el caso de la burguesía, por
un lado,
cuyos privilegios y posición dominante son erradicados o al menos
disminuidos en
forma gradual,
la cual, lógica y objetivamente se
opondrá con
todos los medios a su disposición (y mientras mas medios se deje en
sus manos tanto más poder tendrá para oponerse), y por otro lado,
la clase trabajadora ahora en posición de clase dirigente que tiene
que ejercer el poder para mantener a raya a esa burguesía, imponerle
las nuevas leyes y la preeminencia de los intereses de la mayoría
trabajadora,
si no quiere caer víctima de la contra-revolución violenta, lo
que implica también la persistencia del Estado mientras persista la
división de la sociedad en clases antagónicas, solo que en
la
forma específica de Estado que le es propia a la transición del
capitalismo al socialismo, la forma específica de Estado de la clase
trabajadora como clase dirigente de la sociedad.
A
la luz de la teoría revolucionaria ¿Cuál debe ser entonces la
actitud de los socialistas y las socialistas frente al Estado? Al
analizar la experiencia de la Comuna de París, Marx
saca la conclusión de que “la clase obrera no puede limitarse
simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como
está y servirse de ella para sus propios fines”. El proletariado
debe destruirla y sustituirla con un Estado del tipo de la Comuna de
París. Esta conclusión de Marx acerca del Estado de nuevo tipo
constituye el contenido principal de su nueva aportación a la teoría
revolucionaria.
Si
vemos el caso de la revolución socialista bolivariana a la luz de la
teoría es fácil confirmar que las premisas del marxismo
respecto al Estado se han cumplido en cuanto concierne al uso que
hizo y hace la burguesía de él cuando lo tiene bajo su poder y de
la violencia con que se le enfrenta cuando no, pero
también
queda
en evidencia lo corto que nos hemos quedado en el campo socialista en
cuanto a las tareas a realizar respecto al Estado y el uso que
debemos hacer de él, toda vez que tanto en la doctrina del PSUV como
legalmente hemos acogido el concepto de la Comuna y del Estado
Comunal como carta de navegación en esta materia tan vital, hacia
-al decir de Marx- “la forma política al fin descubierta para
llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del
trabajo”. ¿Acaso
hemos cumplido a fondo estos postulados? ¿O es que hay otro esquema
teórico guiando a la revolución?
Esperemos
que este tema, de tanta urgencia y necesidad práctica para acometer
victoriosamente las tareas estructurales y estructurantes de la
revolución bolivariana sea materia de discusión en el venidero IV
Congreso del PSUV.