martes, 13 de febrero de 2018

Maduro conductor de victorias, protector del pueblo y defensor de la soberanía


La nación venezolana se enrumba nuevamente hacia un desenlace político electoral que determinará si avanza hacia la independencia y libre determinación de su destino o hacia el sometimiento ante los dictámenes del imperio norteamericano. Para los patriotas se trata de deshacer (desenlazar) los nudos que atan el pleno desenvolvimiento de nuestra vida cotidiana y la marcha hacia una sociedad de justicia social, como la íbamos construyendo hasta 2013, cuando la desaparición física del Comandante Hugo Chávez, hizo pensar a la élite gringa que había llegado la hora de montar de nuevo en el gobierno a la oligarquía para que le sirva a sus intereses económicos y geopolíticos, en función de lo cual desató contra todo nuestro pueblo la más cruel de las guerras, cuyas consecuencias sentimos en lo político, en lo social y muy especialmente en el aspecto económico. Para la oligarquía venezolana y sus partidos de derecha se trata de desatar los nudos hechos por el pueblo para frenar su ambición e impedir que el voraz capitalismo impuesto sobre los pueblos del mundo dilapide los recursos que son y deben ser para satisfacer las necesidades de desarrollo de nuestra patria.
En esos términos, el resultado de las elecciones convocadas para el 22 de abril de este 2018, desenlazará o a favor del pueblo venezolano o a favor del imperialismo yanqui, a favor del socialismo o del capitalismo, que es lo mismo que decir a favor de una justa distribución de nuestra riqueza, como ha sido siempre la práctica de la revolución, o a favor de la apropiación por parte del imperialismo norteamericano de los recursos y del fruto de nuestro trabajo, dejándonos apenas las sobras, que a su vez serían mal distribuidas a favor de la oligarquía y en detrimento de las mayorías, como era durante la cuarta república. En esos mismos términos, las y los patriotas debemos ganar terreno en la comprensión de dichas posibilidades por parte del pueblo, para así lograr el desenlace a favor del interés nacional. En tal sentido es imprescindible situarnos en la coyuntura y esclarecer colectivamente en qué fase de la lucha nos encontramos en cada una de las dimensiones en las que se expresa la guerra del capitalismo contra la patria, así como el papel que ha venido desempeñando el presidente Maduro en la conducción de las victorias políticas, en la contención de las consecuencias sociales de la guerra y la profundización de las conquistas, así como en la dirección de la resistencia económica del pueblo.
En lo político, después del revés en las elecciones parlamentarias de 2015, la sabia conducción del hijo de Chávez, el presidente obrero Nicolás Maduro, nos llevó a recomponer las fuerzas patrióticas, gracias precisamente a que el líder de la revolución hizo sonar de nuevo la hora del pueblo, convocando a la mayoría nacional a la reflexión profunda sobre los males que pesan sobre nuestra vida cotidiana por voluntad del imperio norteamericano y de sus aliados los partidos de oposición. Y a partir de allí, del Congreso de la Patria pasamos a la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que nos trajo no solo la anhelada paz política sino además tres (3) impresionantes triunfos electorales, por lo que en lo político, la patria esta en avance ofensivo. Ello sin dejar de apreciar que en lo internacional ha sido la enorme capacidad diplomática del presidente y de la dirección de la Revolución lo que hasta ahora ha mantenido a raya las crecientes pretensiones imperiales de intervención, por lo que es justo reconocer a Nicolás Maduro como Conductor de Victorias y tenaz defensor de la soberanía.
En lo social se evidencia el gran esfuerzo del Presidente Maduro conteniendo las consecuencias negativas que toda guerra causa sobre un pueblo agredido por una fuerza extranjera. Y esta idea debe ser enfatizada, pues si por una parte los causantes de las afectaciones sobre el bienestar que la revolución bolivariana había alcanzado a favor del pueblo hasta 2013, son aquellos que aplican y apoyan las sanciones ilegales, el bloqueo financiero y comercial, y el saboteo monetario, por otra parte ha estado el Comandante Maduro creando cada día, cada semana y cada mes, estrategias para la protección de las conquistas sociales, incluso para su profundización, mediante la entrega de más viviendas, pensiones en Amor Mayor, bonos y demás programas y misiones protectoras, por lo que es justo y necesario reconocer a Nicolás como incansable protector del pueblo.
Es en lo económico donde se ha concentrado el ataque del enemigo y es donde más daño ha causado contra el pueblo. Han bloqueado el grueso del comercio hacia Venezuela, entorpecen los pagos que hace el Estado para traer productos al país, impiden el crédito y el financiamiento internacional accesibles a cualquier país que no esté siendo agredido y perseguido por el imperio, inducen la inflación desmedida por medio de una página criminal que opera al amparo del gobierno norteamericano, estimulan el contrabando de extracción de lo que importamos y producimos, así como de nuestra moneda; en resumen, han logrado exacerbar los más crueles mecanismos capitalistas de mercado, además pretendiendo culpar al socialismo de esos males que genera únicamente el sistema capitalista de producción y distribución todavía imperante en el país.
Con la conducción de Maduro, el pueblo venezolano ha resistido esos ataques y con la firmeza de ese pueblo y su líder, la revolución bolivariana, y sólo ella, podrá deshacer los males causados por los enemigos de la patria. Para ello se requiere tiempo, puesto que el imperialismo nos acorta los espacios; tiempo para rehacer los canales de provisión internacional, para reconfigurar el modelo de producción y los patrones de consumo, así como para consolidar el sistema popular de distribución. Y para obtener dicho tiempo, el Conductor de Victorias, Protector del Pueblo y Defensor de la Soberanía una vez más hace sonar la hora del pueblo, convocándolo a la victoria electoral el 22 de abril, para que como dice el Himno del PSUV, tomemos las riendas de nuestra nación y decidamos el desenlace histórico que se acerca a favor del proyecto de Bolívar, de Chávez y de la mayoría nacional que sueña con esa sociedad justa, digna y realmente próspera que solo el socialismo puede lograr para todos y todas.
¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!