La
nación
venezolana
se enrumba nuevamente hacia un desenlace político electoral que
determinará si avanza hacia la independencia y libre determinación
de su destino o hacia el sometimiento ante los
dictámenes
del imperio
norteamericano. Para
los patriotas se trata de deshacer (desenlazar)
los nudos que
atan el pleno desenvolvimiento de nuestra vida cotidiana y la
marcha hacia una sociedad de justicia social, como la íbamos
construyendo hasta 2013, cuando
la
desaparición física del Comandante Hugo Chávez, hizo
pensar a la
élite gringa que había llegado la hora de
montar de
nuevo en
el gobierno a
la oligarquía para que le sirva a sus intereses económicos y
geopolíticos, en función de lo cual desató
contra todo nuestro
pueblo la más cruel de las guerras, cuyas consecuencias sentimos en
lo político, en lo social y muy especialmente en el aspecto
económico. Para la oligarquía venezolana y sus partidos de derecha
se trata de desatar los nudos hechos
por el pueblo
para frenar su
ambición e
impedir que el voraz capitalismo impuesto sobre los pueblos del mundo
dilapide los recursos que son y deben ser para satisfacer las
necesidades de desarrollo de nuestra patria.
En
esos términos,
el resultado de las elecciones convocadas para el 22 de abril de este
2018, desenlazará o a favor del pueblo venezolano o a favor del
imperialismo yanqui, a
favor del socialismo o del capitalismo, que
es lo mismo que decir a favor de una justa distribución de nuestra
riqueza, como
ha sido siempre la práctica de la revolución, o a favor de la
apropiación por parte del imperialismo norteamericano de los
recursos
y del fruto de nuestro trabajo, dejándonos apenas las sobras, que a
su vez serían mal distribuidas a favor de la oligarquía y en
detrimento de las mayorías, como era durante la cuarta república.
En
esos mismos términos, las y
los patriotas debemos ganar terreno en la comprensión
de dichas
posibilidades por
parte del pueblo,
para así
lograr el desenlace a favor del
interés nacional. En tal sentido es imprescindible situarnos en la
coyuntura y esclarecer colectivamente en qué
fase de la lucha nos encontramos en cada una de las dimensiones en
las que se expresa la guerra del capitalismo contra la
patria, así
como el papel que ha venido desempeñando
el presidente Maduro en la conducción de las victorias políticas,
en la
contención de
las consecuencias sociales de la guerra
y la
profundización
de las conquistas,
así como en la dirección
de la resistencia
económica del pueblo.
En
lo político, después del revés en las elecciones parlamentarias de
2015, la sabia conducción del hijo de Chávez, el presidente obrero
Nicolás Maduro, nos llevó a recomponer las fuerzas patrióticas,
gracias precisamente a que el líder de la revolución hizo sonar de
nuevo la hora
del pueblo, convocando
a la mayoría nacional a la reflexión profunda sobre los males que
pesan sobre nuestra vida cotidiana por voluntad del imperio
norteamericano y de sus
aliados
los partidos
de oposición.
Y a partir de allí, del Congreso de la Patria pasamos a la
convocatoria
a una Asamblea Nacional Constituyente que nos trajo no solo la
anhelada paz política sino además tres (3) impresionantes triunfos
electorales, por lo que en lo político, la patria esta en avance
ofensivo. Ello
sin dejar de apreciar que en lo internacional ha sido la enorme
capacidad diplomática del presidente y de la dirección de la
Revolución lo que hasta ahora ha mantenido a raya las
crecientes
pretensiones
imperiales
de intervención, por lo que es justo reconocer a Nicolás Maduro
como Conductor
de Victorias y
tenaz defensor de la soberanía.
En
lo social se
evidencia el
gran esfuerzo del Presidente Maduro conteniendo las consecuencias
negativas que toda guerra causa
sobre un
pueblo agredido por
una fuerza extranjera.
Y esta idea
debe ser enfatizada, pues si por una parte los causantes de las
afectaciones sobre el bienestar que la revolución bolivariana había
alcanzado a favor del pueblo hasta 2013, son aquellos
que aplican y apoyan las sanciones ilegales, el bloqueo financiero y
comercial, y el saboteo monetario, por otra parte ha estado el
Comandante Maduro creando cada día, cada semana y cada mes,
estrategias para la protección de las conquistas sociales,
incluso para su profundización, mediante la entrega de más
viviendas, pensiones en Amor Mayor, bonos y
demás programas y misiones protectoras, por lo que es justo y
necesario reconocer a Nicolás como incansable protector del pueblo.
Es
en lo
económico donde
se ha concentrado
el ataque del enemigo y es donde más daño ha causado contra el
pueblo. Han bloqueado
el grueso del
comercio hacia Venezuela, entorpecen
los pagos que hace el Estado
para traer productos al país, impiden
el crédito y el financiamiento internacional accesibles
a cualquier
país que no esté siendo agredido y perseguido por
el imperio,
inducen la
inflación desmedida por medio de una página criminal que opera al
amparo del gobierno norteamericano, estimulan el contrabando de
extracción de lo
que importamos y producimos,
así como de nuestra moneda;
en resumen,
han logrado exacerbar
los más crueles mecanismos capitalistas de mercado, además
pretendiendo culpar al socialismo de
esos males que
genera únicamente
el sistema
capitalista de producción y distribución todavía imperante en el
país.
Con
la conducción de Maduro, el pueblo venezolano
ha
resistido
esos ataques y con la firmeza de ese pueblo y su líder, la
revolución
bolivariana, y sólo ella, podrá
deshacer los
males causados
por los enemigos de la patria.
Para
ello se
requiere tiempo, puesto
que el
imperialismo nos acorta los
espacios;
tiempo para rehacer los canales de provisión internacional, para
reconfigurar el
modelo de
producción y los
patrones de
consumo, así
como para
consolidar el sistema popular de distribución. Y
para obtener dicho tiempo, el Conductor de Victorias, Protector del
Pueblo y Defensor de la Soberanía una
vez más hace sonar la hora del pueblo, convocándolo a la victoria
electoral el 22 de abril, para que como dice el Himno del PSUV,
tomemos las riendas de nuestra nación y decidamos el desenlace
histórico que se acerca a favor del proyecto de Bolívar, de Chávez
y de la mayoría nacional que sueña con
esa sociedad justa, digna y realmente próspera que solo el
socialismo puede lograr para todos y todas.
¡Unidad,
Lucha, Batalla y Victoria!