¿Qué significa concretamente para los venezolanos y venezolanas
“tener patria”? Esta pregunta resulta vital a la hora de
desentrañar lo que hay de fondo en la seudo dicotomía que se ha
popularizado en los tiempos recientes entre tener PATRIA y tener
papel higiénico o cualquier otro producto de la cesta básica. Y
digo que es vital porque francamente pienso que cualquier ciudadano o
ciudadana que comprenda, si quiera someramente, el significado de
tener patria jamás se plantearía la posibilidad de canjear ese
valor fundamental por ningún artículo mercantil, por útil que este
resulte, sin entrar en consideraciones sobre lo que son productos
estrictamente necesarios y lo que son necesidades creadas
artificialmente.
Veamos. Para nosotros tener patria significa, entre otras cosas, que
nuestro gobierno pueda hacer uso de los ingresos petroleros para
impulsar el desarrollo nacional en lugar de que los mismos sean
apropiados por el capital internacional como ocurría antes, dejando
a nuestro país apenas migajas de la renta petrolera. Para nosotros
tener patria es que con ese ingreso petrolero, soberanamente se
financian los programas sociales dirigidos a alcanzar la igualdad
social, como las Misiones y Grandes Misiones. Para nosotros tener
patria significa educar a nuestros hijos e hijas para que sientan
orgullo por nuestro patrimonio cultural en lugar de sentir vergüenza
por él e inclinarse exclusivamente hacia la práctica de patrones
culturales foráneos. No olvidemos que en los tiempos de la cuarta
República hasta los programas académicos los querían definir desde
los EEUU.
Para nosotros tener patria es que nuestros niños y niñas se sientan
orgullosos de portar nuestras manifestaciones culturales sin dejar de
valorar los aportes de las otras culturas de este planeta, eso sí,
siempre manteniendo nuestra identidad. Para nosotros tener patria
significa que nuestro pueblo conozca la vida y obra de nuestros
héroes nacionales y emule su desprendimiento y sacrificio para con
el destino nacional en lugar de que venere a los falsos ídolos de la
cultura capitalista, la mayoría de ellos incapaces de un acto
altruista en provecho de la humanidad. Si como país no podemos
soberanamente decidir qué hacemos con nuestros recursos, cómo
educamos y con qué valores formamos a nuestros hijos, practicar
nuestra cultura, es decir si no tenemos la libertad de
auto-gobernarnos como nación, entonces no podríamos decir que
tenemos patria. Hoy tenemos patria, Gracias a la Revolución
Bolivariana, a los grandes sacrificios iniciada por Bolívar y
aquella generación libertadora, retomada por Chávez y el liderazgo
revolucionario chavista y continuada por Maduro.
Pero eso irrita al imperio norteamericano por dos sencillas razones.
La primera, porque implica la pérdida de control sobre los recursos
energéticos estratégicos venezolanos que el imperialismo
consideraba prácticamente suyos por estar dentro de lo que
calificaba como su patrio trasero. Y la segunda, porque les resulta
un mal ejemplo que un país, cualquiera, se libere, se auto-gobierne
y decida usar sus riquezas para alcanzar la igualdad social a través
del socialismo. Ese tipo de ejemplo no lo tolera el imperialismo.
Por eso nos sabotean; por eso nos hacen la guerra económica y
política, tratando de rendir al pueblo por desgaste y agotamiento.
Tendrían que saber el imperialismo y sus secuaces nacionales que,
aunque si hay quienes canjean la patria por un rollo de papel
higiénico -¡allá ellos!, los hijos de Bolívar y de Chávez jamás
canjearán la patria ni por papel toilette ni por jabón ni por
espejitos ni por cualquier otra mercancía de las que el capitalismo
nos esconde, sencillamente porque el pueblo venezolano sabe muy bien
que la patria ni se canjea ni se vende ¡La Patria se Defiende!