lunes, 8 de octubre de 2012

Reflexiones Post Electorales 7-O

Como estaba pronósticado, el 07 de octubre ganó Chávez.  Muchas fueron las emociones puestas en juego.  Muchos los argumentos reales para que la mayoría optara por ratificar la vía bolivariana al socialismo.  Sin embargo se impone el ejercicio de una seria reflexión en torno  los resusltados, en función de profundizar lo que pueda y deba ser profundizado desde los sectores que acompañamos la Revolución Bolivariana, así como corregir lo que deba ser corregido, para que el apoyo popular al proceso revolucionario sea cada vez más contundente.

Lo primero que salta a la vista es que en esta ocasión, y con un candidato claramente representante de la oligarquía venezolana, la opción contra-revolucionaria obtuvo más de 6 millones de votos, cercano al 45 % de los votos válidos.  Aquí cobra importancia aquel llamado de atención del comandante Fidel, respecto a que en Venezuela no hay 6 millones de oligarcas, indicativo de que aún hay mucho pueblo que no respalda a la Revolución.

Hace 6 años, con un candidato de igual, o quizas de mejores condiciones políticas que Henrique Capriles, el Comandante Chávez obtuvo poco más de 62 % de los votos validos, para desender porcentualmente a cerca del 55 % en estos comicios, a pesar de la mantención y consolidación de las misiones sociales, del surgimiento de las grandes misiones, así como de nuevas políticas en casi todas las esfereas de la vida nacional, incluidas las políticas recientmente diseñadas para la atención de las capas medias de la sociedad.

Y es aquí donde quiero centrar la atención de estas reflexiones.  Es indudable que la acción de redistribución de la riqueza nacional por parte del Gobierno Bolivariano, de manera sostenida ha venido sacando de la pobreza y la miseria a buena parte de la población, consolidando una significativa clase media, pero paradójicamente, y con una expresión estadística nada desdeñable (esto es una apreciación personal), consolidarse como parte de las capas medias y volverse contra el proceso ocurren simultáneamente.

Desde el punto de vista sociológico una aproximación la abordo de la forma siguiente.  Esa acción de redistribución de la riqueza nacional, cada vez más justa, unas veces llega a la población de manera directa y otras de forma indirecta.  Veamos.

Por ejemplo, cuando el presidente anuncia el aumento de sueldos cada año, mientras en la mayor parte del mundo se habla de recortes, se producen mejoras en la calidad de vida del venezolano, pero la mayoría asume que dichas mejoras salariales, conducentes a mejoras en la vida material, responden a merecimientos individuales, por lo que no se asume como acción del gobierno.  La idea interna es "lo que yo obtengo es gracias a mis esfuerzo".  Pero cuando la acción de redistribución llega, por ejemplo, a través de una asignación económica de una Msión, entonces  es percibida por aquel que recibió el aumento de sueldo como un regalo del gobierno hacia el beneficiario de la Misión.  Ahí la idea interna es "lo mío me lo gano con esfuerzo mientras que a los pobres se les regalan las cosas y no estoy de acuerdo con eso".

Otro ejemplo lo constituyen esa parte de las consolidadas capas medias, dedicadas al comercio.  Estoy seguro que le va mejor en la venezuela actual, de lo que les fue en la cuarta República.  A ellos la acción de redistribución les llega de forma indirecta, ya que al mejorar las condiciones materiales generales de la ppoblación sus ventas aumentan, pero no logran ver detrás de su mejora particular la acción del gobierno sino que sigue imperando la visión de que se logran las cosas únicamente gracias al esfuerzo particular.  El esfuerzo particular juega su papel fundamental, pero sin las condiciones societales favorables dicho esfuerzo no alcanzaría mucho por sí solo.

Esto indica, según mi apreciación, dos cosas.  Por  un lado el insuficiente avance de la conciencia del deber social por parte de la mayoría de la población y, por otro, la insuficiente capacidad de los sectores afectos a la revolución para explicar las concatenaciones del conjunto de relaciones sociales de producción y distribución que ha generado el Proceso Bolivariano.

Aclaro.  Cuando digo que hay poco avance de la conciencia del deber social, lo hago desde el análisis de la mayoría de los argumentos expresados en las concentraciones a favor de la reelección del comandante Chávez, los cuales hacían mención a los beneficios materiales provistos por el gobierno, casas, asignaciones, salud, carros, créditos, entre otros, es decir, se ratifica la idea apuntada más arriba, respecto al caracter eminentemente material de los estímulos que hemos puesto en boga, sin que ello se acompañe por la identificación de los estímulos morales y espirituales también presentes a escala nacional, pero con menos desarrollo en la percepción de la población.

Obviamente, existen muchas causas y factores que intervienen en el resultado obtenido, como la predominancia de la ideología de las clases dominantes aún en la sociedad venezolana, los errores gubernamentales reconocidos por el propio comandante, deficientes gestiones estadales y municipales, el bombardeo mediático de los canales de la burguesía y la concatenación de todos esos factores y los que me falte mencionar, sin embargo, he querido llamar la atenciaón sobre éste en particular, por considerarlo clave como estrategia estructural y estructurante para la consolidación de la Revolución durante el próximo período constitucional, que según el reelecto Comandante-Presidente, inicio la propia noche del 7 de obtubre cuando el CNE aunció el nuevo triunfo electoral de la Revolución.

La terea es titánica, pero es a tarea: Consolidar el Socialismo Bolivariano en la base matrial pero también en la conciencia colectiva de la nación.

 "Pongamos sin temor la piedra fundamental de la Revolución; vacilar es perdernos". (Simón Bolívar)

¡Viva el Comandante Chávez!
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Viva el Pueblo Venezolano!
¡Viva el Socialismo!