miércoles, 18 de febrero de 2015

Si la oposición amara al país


Imaginemos por un momento que la oposición venezolana amara a la patria y estuviera realmente convencida de que la Constitución de la República contiene el modelo de sociedad al que debe aspirar el pueblo de Venezuela. Imaginemos que se pronunciaran y tomaran medidas para que los propietarios de cadenas de distribución de bienes, insumos y servicios no los escondan para especular económica y políticamente contra la población y el gobierno.

Imaginemos que defendieran la soberanía nacional y le exigieran al Gobierno Norteamericano que no se inmiscuya en nuestros asuntos internos ya que los venezolanos y venezolanas contamos con leyes y mecanismos de acción para arreglárnoslas por nuestra propia cuenta (que de eso trata la soberanía). Imaginemos que ante la especulación cambiaria y su secuela de daños contra nuestra economía, los partidos de oposición salieran a educar a la población para no incurrir en conductas individualistas que afectan al colectivo nacional, formando parte del mecanismo perverso que encarece la vida de nuestro pueblo.

Imaginemos que ante la denuncia de posibles actos de terrorismo e intentos de golpes de Estado, la oposición se preocupara por preservar el hilo constitucional y se sumara a las voces que exigen que los implicados respondan ente la justicia. Imaginemos que la oposición mirara los programas sociales de la revolución con ojo verdaderamente crítico, para señalar sus reales fallas en lugar de cuestionar la existencia misma de los programas destinados a redistribuir justamente nuestra renta nacional y alcanzar la justicia social.

Imaginemos que los sectores de las clases pudientes, que marcan la línea de pensamiento y acción de los partidos de oposición, no odiaran tanto al pueblo, y que liberados de ese odio se preocuparan por el bienestar de toda la colectividad nacional en lugar de preocuparse únicamente de sus ganancias. Aquí vale la pena recordar que en los años de revolución los ricos se han hecho más ricos y la inmensa mayoría de las familias pobres han logrado salir de la pobreza extrema, pero las clases pudientes no pueden aceptar una fórmula de ese tipo. Solo aceptan esquemas donde ellos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

En 16 años de revolución nunca hemos observado nada de lo imaginado en estas reflexiones y ello se debe sencillamente a que la dirigencia opositora venezolana ni cree en la constitución ni se preocupa por el bienestar del pueblo ni quiere la soberanía e independencia nacional ni aman al pueblo, pues si lo hicieran serían chavistas y estarían trabajando por la consolidación del Proyecto Nacional Simón Bolívar. Así que deberíamos dejar de desear tener una oposición patriota y entender que su papel es derrocar la revolución a como dé lugar, por lo que el papel de los revolucionarios debe ser seguir luchando por el socialismo, profundizar las medidas enrumbadas a la justicia social y derrotar tanto en las urnas electorales, como en la economía y en las calles a esa derecha que tanto odia al pueblo.

domingo, 8 de febrero de 2015

Lo que yo sé de Diosdado



Acontecimientos recientes han puesto nuevamente en el ojo del huracán a Diosdado Cabello, uno de los principales dirigentes del chavismo.  En esta oportunidad se trata de una denuncia, realizada por un ex-escolta tanto del fallecido Comandante Chávez como del propio Cabello, que lo vincula a un importante cartel de narcotráfico, la cual fue lanzada desde medios de comunicación con orientación de derecha en España, y repetida en EEUU y Venezuela por medios de comunicación inscritos dentro de la oposición al gobierno venezolano.

Esto lo pone a uno a pensar en el papel que ha venido jugando Diosdado Cabello dentro de la revolución desde sus inicios, pero sobre todo después de la desaparición física del presidente Chávez.  Y ¿qué es lo que realmente se sabe de Diosdado?  Por ejemplo, se sabe que fue uno de los militares comprometidos en las acciones del 4 de febrero de 1992, siendo el que mayor número de integrantes de su propia promoción logró reclutar para la causa bolivariana de dicha fecha.  Se sabe que desde los tiempos de la organización del movimiento bolivariano dentro de las Fuerzas Armadas se mantuvo como uno de los más leales colaboradores del Comandante Chávez, incluso hasta después de su fallecimiento.

Se sabe también que es una especie de soldado espartano, con una disciplina infranqueable en lo que se refiere a manejo de información, compartimentación, así como en su conducta política y sus costumbres cotidianas.  Se sabe que ante invitaciones de la Derecha venezolana para negociar al viejo estilo de la IV República, su respuesta invariable es que solo cuando la derecha asuma los intereses patriotas de las mayorías nacionales, él podría negociar con ellos.

Se sabe que Diosdado ha cumplido varias funciones de gobierno, como Ministro, Vicepresidente, Presidente encargado por unas horas después de derrotado el Golpe de abril de 2002, como Gobernador y como Diputado de la Asamblea Nacional de la que actualmente es Presidente, con mayores y menores niveles de logros pero todas en apego a la causa bolivariana. Y yo intuyo que, colocado ante un transe histórico como el de Chávez, el de Allende, el del Che o como el de tantos mártires patriotas, tributaría gustosamente su vida por lealtad al pueblo.

Se hace evidente que el imperio norteamericano precisó tempranamente el papel que podría desempeñar Cabello ante la eventual ausencia de Chávez y por ello, desde entonces, se dedicó a su asesinato moral, inventándole propiedades (casi que lo hicieron dueño de media Venezuela) y expedientes de diversas calañas, como esta patraña de ahora, apoyándose en las vocerías de la derecha anti patria y sus medios desinformativos.  Para su despecho, aquí está Diosdado, como hijo de Chávez y al lado de Nicolás, firme el timón rumbo al socialismo y con la confianza de un pueblo que ha decidido ser libre e independiente.

lunes, 2 de febrero de 2015

A los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana


En respuesta a la posición abiertamente política de los señores obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana, quienes emitieron el 12 de enero de este año una “Exhortación Pastoral” publicada por el Diario de Sucre en su edición del domingo 01 de febrero de 2015, expreso lo siguiente:

1. Si “Dios y la patria juzgarán y castigarán a quienes cometan injusticia” como dicen ustedes, espero que sea pronto para que no se vaya a otro plano Diego Padrón y toda la caterva de la jerarquía católica en Venezuela sin recibir el castigo que merecen por las injusticias cometidas, no solo por acción con el apoyo que le han brindado desde el 2002, y antes, a la oligarquía en su guerra contra el pueblo sino también por la omisión y el silencio cómplice contra los atropellos que comete el capitalismo y el imperialismo contra tantos pueblos del mundo. ¡Obispos hipócritas!

2. Nadie les cree que quieran ustedes contribuir a resolver la crisis que enfrentamos. Por el contrario sabemos que su misión política es contribuir a agudizarla, tomando partido a favor de la oligarquía y de la derecha. De lo contrario exigirán a los comerciantes que cumplan con la ley, que no escondan los productos de la cesta básica y que no especulen, ya que todas esas conductas son pecados e injusticias contra el pueblo. ¡Obispos hipócritas!

3. Cuando condenan la violencia se acoplan con la versión de la oposición fascista, y nunca mencionan que las 43 muertes producidas por las acciones vandálicas de 2014 fueron provocados por los supuestos manifestantes pacíficos que tanto defiende la jerarquía católica. No hablan de las personas degolladas con alambre, entre otras formas criminales de “ejercer el derecho a la protesta pacífica”. ¡Obispos hipócritas!

4. Tendenciosamente lamentan que el diálogo convocado por el gobierno “no pasó de los primeros encuentros”, pero no dicen que fue la oposición la que pateó la mesa de dialogo. ¡Obispos hipócritas!

5. Señalan los problemas relacionados con el abastecimiento pero no tocan ni con el pétalo de una rosa a los comerciantes, especuladores financieros y los politiqueros de derecha involucrados en esas conductas contra la nación. En esa visión, si alguien esconde productos de la cesta básica el culpable es el gobierno por la ineficacia de los controles y si luego es apresado, entonces para los Obispos hipócritas de la CEV, se convierten en mansos corderos cuyos derechos humanos son violados. ¡Obispos hipócritas!

6. Llaman ustedes a nuestro proyecto de sociedad “totalitario y centralista”, tomando claramente una posición política e ideológica a favor del capitalismo en su versión neoliberal, sin verse el rabo ya que no hay organización mas autoritaria, totalitaria y centralista que la iglesia católica, a lo largo de su historia y en la actualidad. O díganme ustedes que parroquia elige democráticamente a su cura. Díganme donde están las actas de las elecciones donde todos los católicos de Venezuela eligieron al hipócrita Padrón como presidente de la Conferencia Episcopal. Díganme cuándo se han realizado elecciones mundiales para que los católicos a lo largo y ancho del planeta elijan democráticamente al Papa. O díganme si alguna vez alguien ha visto o sabido de un cura que ofrezca el derecho de palabra en una misa, para que alguien exprese opinión alguna respecto a los conceptos que emitió el cura en el sermón. ¡Obispos hipócritas!

7. Sugieren que el camino es el dialogo, pero eso sí, “un dialogo sincero que prevea cambios y acuerdos en bien de todos” por lo cual entienden ustedes solamente que el gobierno ceda ante las exigencias de la burguesía y el imperialismo, desmontando los logros de 16 años a favor del pueblo, dejando sin castigo a los conspiradores y saboteadores, y entregando el poder a los partidos de derecha aliados de la conferencia episcopal desde tiempos de la IV república . ¡Obispos hipócritas!

8. Hablan de un ineficaz sistema económico impuesto por el gobierno, como si el capitalismo no le fue impuesto al mundo a sangre y fuego, olvidando también que el capitalismo rentista que sus amigos de la derecha le impusieron al país fue el que abandonó nuestra antigua cultura de la productividad y que es ese modelo precisamente el que hace aguas, siendo que por el contrario, es gracias a la participación del estado en la economía que la oligarquía no ha podido derrotar a la revolución en ese intento contumaz de derrocarnos a como dé lugar, así sea perjudicando el abastecimiento del pueblo. ¡Obispos hipócritas!

Afortunadamente el pueblo ya les va castigando, abandonando cada día más las misas y demás prácticas de la burocratizada religión católica, para asumir otras doctrinas, realmente más consecuentes con el ejemplo del Camarada Jesús de Nazareth, el primer socialista de nuestra era. !Obispos hipócritas¡